La cultura chachapoyas fue una cultura preincaica que se desarrolló en el actual departamento peruano de Amazonas a finales del Horizonte Medio y durante todo el periodo Intermedio Tardío.
Ha dejado un número importante de grandes monumentos de piedra, como la llacta de Kuélap, el Gran Pajatén, edificaciones funerarias, sarcófagos y mausoleos como los de la Laguna de los Cóndores y otros lugares de difícil acceso. Esta cultura fue un conjunto de desarrollo de comunidades autónomas.
Los chachapoyas, también conocidos como sachapcollas o collas selvícolas, moraban al sureste de los bracamoros, sobre la margen derecha del río Marañón. Su desarrollo tuvo como centro el valle del río de Utcubamba, topónimo que puede ser traducido por "territorio de los agujeros o cuevas" (utcu). Probablemente se extendieron por el sur hasta el río Abiseo, afluente del Huallaga, donde se levanta la ciudadela de Gran Pajatén. En efecto, las noticias que consigna el Inca Garcilaso de la Vega refieren que el territorio de los chachapoyas era tan extenso que le "pudiéramos llamar reino porque tiene más de cincuenta leguas de largo por veinte de ancho, sin lo que entra hasta Muyupampan que son treinta leguas de largo [...]". Para una interpretación adecuada de esta información, diremos que una legua corresponde a cerca de cinco kilómetros. Los cachapoyas habrían sido conquistados por los incas en tiempos del gobernante Tupac Inca Yupanqui. El cronista Cieza de León recoge algunas notas pintorescas sobre los chachapoyas:
Y agrega que después de su anexión al imperio incaico adoptaron las costumbres impuestas por los cusqueños.
Los chachapoyas tienen una larga historia en la región, medida en varios milenios a juzgar por los testimonios de arte rupestre expuestos en las paredes rocosas de cuevas de la provincia de Utcubamba. Posiblemente fueron descendientes de inmigrantes cordilleranos que modificaron su cultura ancestral en el nuevo medio, tal vez recogiendo tradiciones de los primeros pobladores de origen amazónico. Los chachapoyas modificaron el paisaje selvático tornándolo erosionado y yermo a medida que iban depredando los bosques y como consecuencia de las quemas anuales a que sometían sus tierras. Esta modificación del paisaje original se presenta elocuentemente en el área del río Utcubamba.
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